Es importante considerar que, aunque es una tendencia que viene fuerte desde Europa hasta América, el cobre es un tono que favorece a todas las mujeres, ya que se adapta a cualquier tipo de piel, si sabemos jugar con los matices e intensidad en el color.

Aunque un cabello cobrizo es muy fácil de relacionar para la mayoría con mujeres blancas y ojos verdes, lo cierto es que este tono de color les va maravillosamente bien a los rostros más obscuros. En los rostros pálidos da luz al cabello y en los oscuros aporta brillo y luminosidad a la piel.

Sin embargo, antes de atrevernos a aplicarlo en nuestras clientes, es primordial realizar un estudio previo al cabello, para determinar sus características y ofrecerle un color personalizado.

En el caso de las mujeres con rostro y ojos oscuros, aportaremos intensidad, aunque quizás alguna cliente no busque una cobertura uniforme en el cabello, es muy probable que prefieran unas mechas que iluminen, sobre todo si cuentan con una base oscura. Los tonos vino son ideales para estos casos.

Para las teces más pálidas y ojos claros, en cambio, podemos jugar con los tonos anaranjados, tonalidades claras y vivas que aporten luz al cabello y al rostro.

El atreverse a un color de cabello vivo requiere mucha audacia muchas veces, es por eso que también podemos recurrir a proponer un balayage cobrizo, ya que de esa manera podremos jugar con los matices y ofrecer un resultado más natural.

El cuidado de un cobrizo requiere mucha hidratación y por supuesto, cuidado específico para cabello tinturado, ya que tiene tendencia a perder intensidad y resecarse.

¡Atrévete a recomendar este look a tus clientas y haz que destaquen!